La vejez, una etapa más de la vida.

Autora: Ingrid Sánchez Alcaraz (Trabajadora Social. Residencia Casa de Repós)

La tendencia actual a nivel poblacional indica claramente que la población envejece cada vez más. Vivimos más años porque nuestra esperanza de vida se alarga como consecuencia de los avances médicos y científicos.

Por este motivo, resulta fundamental preocuparnos para  garantizar que en esta última y a veces muy larga etapa vital, podamos tener una óptima calidad de vida. Para conseguirlo considero necesario cambiar la forma tradicional de entender la vejez y el envejecimiento en términos de desgaste, degeneración, pérdida, etc., siempre en sentido negativo. Desde la perspectiva del ciclo vital, se entiende que el envejecimiento es una etapa donde las pérdidas se dan conjuntamente con ganancias al igual que en las otras etapas vitales (Fernández Lopiz, 2000). Creo que este es el enfoque que tenemos que fomentar de cara a las generaciones futuras.

Es cierto que durante la etapa en que la persona va envejeciendo se pierden facultades físicas y mentales; en el ámbito de la salud hay mayor riesgo de enfermedades como la artritis, hipertensión, deterioro cognitivo, etc., por otro lado, también se generan cambios en el ámbito social como por ejemplo, que los hijos se independicen, la jubilación y otros cambios en las rutinas cuotidianas. Todos estos cambios afectan de forma diferente a cada uno de nosotros dependiendo de diversos factores; la personalidad, nuestra cultura, el entorno familiar o amistades, entre otros. Y teniendo en cuenta esto, no todos los cambios son negativos o nos afectan de forma negativa. Algunos de estos cambios en nuestra vida pueden suponer tener más tiempo para nosotros, para dedicar a los hijos o a los nietos, para viajar y aprender a disfrutar de esta etapa nos aporta beneficios que también hay que considerar.

Otro tema importante a tratar durante la vejez es la muerte, porque todo y ser un aspecto presente a lo largo de toda la vida, en la vejez se da de forma más activa. En el acompañamiento al final de la vida hay diferentes agentes que intervienen; profesionales de la medicina, psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas especializados en duelo, etc. Facilitar herramientas a las generaciones futuras para entender el envejecimiento como una etapa más de nuestra vida y pueda ser positiva y enriquecedora, es una asignatura que deberíamos añadir en todos los ámbitos profesionales que estamos al servicio de las personas para procurar su bienestar. Todos nos haremos mayores y envejeceremos pasados los años de nuestra vida y es necesario ser conscientes que en esta última etapa, que ocupa algunos años, deberíamos ser felices y sentir que el final se acerca como una gran experiencia y un último aprendizaje y no tanto como un final que necesita ser acabado cuanto antes mejor o de cualquier forma.